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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Es nuestra culpa

Es indiscutible que los medios de comunicación han sido utilizados de manera intensiva por la administración del presidente Chávez.

Vallas distribuidas a lo largo y ancho del territorio nacional, transmisiones de más de 6 horas que deben ser seguidas obligatoriamente por todos los medios televisivos y radiofónicos, nuevos canales de televisión y periódicos "para el pueblo "en donde el presidente y su proyecto son constantemente apoyados y mencionados, entre otros.

No soy comunicadora social, sin embargo no hace falta una preparación especial para darse cuenta que el gobierno usa ciertos parámetros recurrentes para la comunicación que tiene con nosotros los ciudadanos:

La encarnación del pueblo: quien dude el carácter totalitario del gobierno del Presidente, solo debe pasearse por las páginas webs de los ministerios e instituciones públicas para darse cuenta que en TODOS hay fotos de Chávez y que, a pesar de no tener nada que ver con la labor de la institución, en todas encontramos links que nos remiten a las líneas de Chávez, pensamiento célebres del “comandante” o transcripciones de los Aló Presidente. Recuerdo lo tiempos en los que Chavéz solía decir que “llegó la hora del pueblo” o, mi preferida “con el pueblo todo sin el pueblo nada”.
















Cómo pasamos de allí a “El pueblo es Chávez”...

no lo sé. Para mí eso es exactamente lo mismo que el famoso “El estado soy yo” («L'État, c'est moi») de Luis XIV. Puro absolutismo…

Lo irracional: sé que los políticos siempre han apelado por discursos conmovedores que remueven fibras sensibles de los que lo escuchan. Sé que prefieren hablar de una “nueva era-etapa” que de “un nuevo proyecto”, de “victorias” que de “posiciones electoralmente ganadas”, de “denme su apoyo o con su apoyo” a “denme su voto” (que la final es lo que quieren). Pero con el Presidente Chávez yo quedé sorprendida. En la elección para su reelección, abandonando su color rojo y su tono desafiante, el Presidente, con cara de consternado-preocupado-arrepentido, nos pedía a los venezolanos que le diéramos una nueva oportunidad, que le diéramos nuestro voto “por amor”!. Yo me pregunto ¿Hay algún sentimiento más irracional que el amor?, con eso el Presidente nos invitaba a votar por él no por los logros, no por el proyecto revolucionario, bolivariano, contemporáneo, comunitario, encebollado… sino POR ÉL, POR AMOR A ÉL.

Ahora la culpa es mía: el Presidente siempre ha evadido responsabilidades, hay innumerables muestras de ello. En los Aló Presidente Chávez suele interpelar a sus ministros, gobernadores, alcaldes, diputados. Suele vejarlos, regañarlos, reclamarles por su mala gestión o por algo que no han hecho. Señalando al otro públicamente Chávez logra que el ciudadano común piense “mira como se lo exige el presidente” y arraiga el pensamiento que tienen michos de que “Chávez no sabe, son los que están alrededor de él”, olvidando que quién los designó, en el caso de los ministros, fue el propio presidente.
Lo que me llama la atención es que la nueva estrategia pareciera ser evadir responsabilidades CULPANDONOS A NOSOTROS. El Metro está CAOTICO, catastrófico, un infierno y es por falta de inversión y mantenimiento. Dadas la protestas por el pésimo servicio, el Metro de Caracas (Adscrito al Ministerio del Poder Popular para las Obras Públicas y Vivienda, por ende institución gubernamental) ha lanzado una campaña “estamos tomando medidas”. La campaña transmitiría un buen mensaje si no fuera por la frase con la que rematan: “sigue las reglas” y detrás del folleto-marca libro que te entregan con ese mensaje una lista de normas que hay que seguir en el metro. Personal del metro identificado como tal le señala a uno por donde debe caminar, por los parlantes del metro te recuerdan las reglas. El servicio sigue pésimo , los retrasos son horribles pero ellos se enfocan en “sigue las reglas” y en nuestra “culpa”, lo cual es el colmo dado que nosotros (los ciudadanos) somos usuarios, más no administradores ni funcionarios del Metro.

Sin embargo, creo que al final el Gobierno podría tener razón, en parte. Es nuestra culpa la situación del país, del Metro y de las demás instituciones públicas, es nuestra culpa… porque, al final, ¿Quiénes fueron los que votaron por este modelo clientelar en ineficiente?
Recordando Antígona de Sófocles, en donde Antígona reclama a los ciudadanos esa actitud pasiva que le permitía a Creonte ser un dictador, definitivamente es nuestra actitud la que le permite a Chávez no ofrecernos una verdadera gestión. 

domingo, 7 de noviembre de 2010

Esos consejos que debes recordar si trabajas con japoneses

    Después de trabajar un par de meses con japoneses dándome unos cuantos traspiés con su cultura y con la nuestra (occidental-latina) he decidido escribir esta entrada para reunir uno que otro buen consejo que espero que les sea de utilidad si trabajan algún día con japoneses y, también por qué no, para que se rían un poco...
    • NUNCA JAMÁS se te ocurra llamarlos “chinos”: un japonés no perdona esa confusión y, aunque para nosotros los occidentales sean muy similares, para ellos son como el agua y el aceite. Recuerda siempre que su idioma es japonés (no chino) y que los ojos los tienen rasgados (no achinados).
    • Los japoneses tienen una fuerte identidad nacional: así vivan al otro lado del mundo siempre añorarán con regresar a Japón (la mayoría eh). Para ellos lo japonés es lo mejor, eso sí, no caen en conductas xenófobas, así que un japonés con gusto aprenderá lo mejor del mundo y lo adecuará a su “japanese style”.

    • Eso de tener horario no va con ellos, los japoneses adoran trabajar y se entregan a ello con pasión. Irse antes que el jefe es visto como algo malo y poco educado aunque estando en un país occidental basta con no irse cuando marcan las 5pm sino esperar un rato prudencial. Sin embargo CUIDADO, no les importará pedirte algo a las 4:50pm o a las 5:00pm porque para ellos es normal que te quedes hasta terminarlo. Recuerda pasar tus horas extras diligentemente a la administración!.


    • Como los japoneses aman su cultura, también aman compartirla. Si muestras interés te enseñaran los mejores lugares para comer comida japonesa,  qué comer y cómo hacerlo, compartirán su sake, cigarros, chocolates, dulces en general y té contigo, también usos culturales y algunas anécdotas históricas. Saben que lo que tienen es bueno y les encanta mostrarlo al mundo. 

    • Acostúmbrate a que tu nombre sea acompañado por un SAN al final. Maithe-san es como señora pero algo de cariño, no sé cómo definirlo exactamente, pero con la costumbre de escucharlo hay muchos que terminan diciendo (entre venezolanos) fulanita-san. Si bien al principio te parecerá que estás en karate kid. Luego vas notando que es como el Miss o Señorita y que, incluso, suena como cuchi.
    • Afina tus oídos: nosotros los occidentales somos demasiado escandalosos. Vivimos gritando y no nos enteramos…hasta que trabajamos con un japonés. Las primeras veces que mi jefe me llamaba simplemente NO LO ESCUCHABA. Hablan muy bajo (la mayoría de ellos), especialmente si están hablando en otro idioma. Por contraste, cuando hablan en su idioma y donde no hay persona que sepa hablar japonés hablan muy alto.

    • Crees que no se ha dado cuenta…pero sí: creo que los asiáticos en general son muy perceptivos, he tenido la oportunidad de conocer chinos, coreanos, tailandeses y japoneses y debo admitir que tienen una capacidad de observación asombrosa. En cuanto a los japoneses tu jefe puede que casi nunca esté cerca, pero sabe si eres rápida o lenta, inteligente o no y si estas “echando carro” o no. También saben muy fácilmente si te molestaste o si algo no te gusto. Me he dado cuenta de que prefieren la honestidad y que las personas digan frontalmente qué les incomoda, sin embargo CUIDADO, si les parece que no es algo relacionado con lo laboral pueden decirte muy tranquilamente que ha sido una completa pérdida de tiempo o, simplemente, que es “tu asunto”.
    • Puntualidad: un japonés que no sea puntual…ES UN IMPOSTOR. Los japoneses valoran su tiempo y no les gusta esperar. Por eso que un empleado llegue tarde es inconcebible, no entienden como eso puede pasar y esperan explicaciones y una disculpa. Un minuto tarde y dos horas es prácticamente lo mismo. 
    • La apariencia personal: como buenos observadores los japoneses son muy detallistas. Nunca los verás sucios, arrugados ni rotos (a menos que sea intencional). Si les gusta algo que llevas puesto (incluso siendo hombres) te lo dirán. Si no les gusta no dirán nada pero pueden pensar mil cosas. Tanto hombres como mujeres suelen ser amantes de la moda.
    • El origami: Japón no le da pasaporte a nadie que no sepa, al menos, hacer una figura de origami. Japonés que se respete mínimo pliega una grulla. Por eso CUIDADO con hacer un plegado para ellos… uno de mis jefes en su cumpleaños recibió una grulla de mi parte y, en mis narices, me mostró que me faltaba un pliegue…¬¬
    •  Hacerse el musiu : un japonés que trabaje en otro país va a hacer  lo posible por aprender el idioma local, eso sí PUEDE QUE NUNCA INFORME QUE LO SABE, eso le da la posibilidad de escuchar todo sin que los demás crean que entiende, la gran sorpresa es cuando abren la boca después de días sin decir ni mu. Un compañero de la oficina de Tokio hizo justamente eso y durante días le llamamos Terri (como el de Candy Candy porque el chico era igualito), nuestra sorpresa cuando llamó días después desde Japón y con perfecto español me saludó y preguntó cómo estaba la oficina, no fue normal. 
    • Perfeccionistas: si eres observador y detallista, es probable que seas perfeccionistas y, los japoneses lo son. Las letras del mismo color y tamaño, los colores en las presentaciones, los pliegues en los origamis, los e-mails, las minutas de las reuniones, todo…tiene que ser perfecto, funcional, entendible…trabajar con ellos es un verdadero reto.