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domingo, 19 de junio de 2011

Que alguien haga algo, el cuarto se nos está llenado de agua!!!!

Debo confesar que hoy, en el llamado día del Señor, he pecado de pereza. Solo he dormido, leído, comido y vuelto a dormir. La razón es muy sencilla, no solo los avatares de la semana con mis queridos nipones me han dejado exhausta, sino que además el acompasado caer de las gotas de lluvia en mi ventana y la brisa fría que le acompaña son la combinación perfecta para que Sam (mi perro) y yo, durmamos sin reparo el día entero. Por eso a esta hora (12:14am) no tengo ni pizca se sueño (Sam sí, él siempre tiene sueño) con todo y el diluvio que está cayendo puertas afuera.

Me gusta la lluvia, los días nublados y el clima frio (si es que se le puede llamar frio a nuestra tropical estación de lluvia), me gustan porque no he tenido experiencias negativas con la lluvia, porque no le temo y porque, a fin de cuentas, no soy parte de ese porcentaje de la población venezolana que vive bajo techos de zinc o cartón dentro de una casucha (llamada por nosotros “ranchos”, no confundir con los ranchos mejicanos) sobre una loma de la ciudad y que tiembla cada vez que llueve por temor a que se derrumbe su hogar.
 
Estoy segura que mañana los titulares mencionarán la cifra de afectados por las lluvias del fin de semana, estoy segura que los diferentes gobiernos municipales harán una que otra rueda de prensa para comentar el panorama capitalino y que los canales de televisión harán entrevistas a las familias víctimas de las lluvias en el noticiero del mediodía. Creo que nadie hará la salvedad de acotar que los posibles damnificados de mañana, no son víctimas de las lluvias, sino son, otra vez, víctimas de la ineficiencia de este gobierno. 


Hay quién me dirá que en doce años no se construyeron todos estos barrios, cierto, un aplauso para el que tan buena memoria tiene, pero le pido que también recuerde como es a partir de este gobierno que los barrios se institucionalizaron y pasaron de ser un estadio transitorio y no deseable a una suerte de “urbanización” cuyos principios arquitectónicos (por decirlo de alguna manera) son aplaudidos hasta en ferias extranjeras promovidas por el Gobierno. 

Ha sido este gobierno el que les ha dado a familias enteras materiales de construcción sin importar en donde iban a construir, el que les ha dado a barrios enteros galones de pintura para embellecer fachadas de casas que son un peligro para sus habitantes, el que se ha metido a doctores cubanos en estos caseríos improvisados para llevar “salud al pueblo” en vez de preocuparse porque el sistema de salud instituido pueda atenderlos propiamente y sacarlos del barrio para un lugar mejor. 

No es tarea fácil, lo sé, se nota de anteojito. Pero lo que me asusta es que este gobierno parece empeñado en maquillar toda crisis, todo problema, minimizarlo o hacerlo inexistente y, cuando se torna imposible esconderlo, simplemente le echa la culpa a la oposición o a los gobiernos anteriores. Cosa esta totalmente ilógica ya que, después de 12 años de gobierno, el gobierno anterior ES ESTE MISMO GOBIERNO!.

Se nos está llenando el cuarto de agua señores, literalmente a mi no, al que lee estas líneas tampoco, pero a mucha gente en este momento sí. Si fuera ministra diría en pleno consejo de ministros esa misma frase “se nos está llenando el cuarto de agua”, porque la inseguridad está acabando con la población, porque en Venezuela muere más gente por razones violentas que en Irak que está en guerra, porque el hampa común ya es más común de lo normal, porque no hay envases de plástico para envasar el aceite comestible, porque no se encuentra el gel absorbente para hacer los pañales y toallas sanitarias, porque aunque está lloviendo y los niveles del Guri están más que óptimos sigue habiendo racionamiento eléctrico, porque aunque está lloviendo se va el agua en ciertas partes de Caracas dado el estado de las tuberías, porque estamos importando más del 70% de los alimentos que consumimos y no tenemos suficientes dólares para pagar esas importaciones aunque los precios del petróleo han alcanzado niveles históricos, porque el Metro de Caracas está hecho un desastre y aunque se aumentó en un 100% las tarifas todavía no costean los gastos fijos del servicio, porque tenemos un déficit de viviendas de dos millones (de este año sin contar el acumulado de los anteriores), porque las cárceles están gobernadas por presos que planean secuestros desde ellas, tienen computadoras, teléfonos celulares y AK 47… 
No sé que espera el gobierno para hacer ALGO.

Ya a estas alturas yo me cansé de que den planes y metas de construcción de vivienda así como de mega vatios que proyectan generar que a todas luces son imposibles de alcanzar,  las cubetas de agua que han puesto para retener el agua que sale de las goteras se está desbordando…QUE ALGUIEN HAGA ALGO.


sábado, 18 de junio de 2011

Por la derecha por favor

Últimamente me ha llamado poderosamente la atención como tanto dentro como fuera del hogar, en las oficinas y fuera de ellas algunas personas, hagan lo que hagan, estén en la situación que estén terminan molestando o perturbando a los que están alrededor

Empezando por la gente que en lugares como públicos como el metro o los ascensores, “comparten “ la música que escuchan con el resto de las personas (sin preguntar, claro está), personas que ocupan toda la acera cuando caminan con compañeros de trabajo, hijos o amigos sin importar que hay otros transeúntes que van con prisa, los que van con prisa y empujan a todos, los que van tarde al trabajo y embisten, también los que se perfuman y perfuman a todo el mundo, los que escupen en las calles, los que se besuquean en el apretujado metro y terminando por los que dejan las heces de sus perros en los parques, jardines y aceras. Pareciera que no hay manera de llevar a feliz término nuestra convivencia y pareciera que los venezolanos nacimos aquí pero no para estar juntos.


Cuando estaba en cuarto año, en instrucción pre-militar mi profesora dijo que el comportamiento de un  buen ciudadano se resumía en una sola oración “aquel que va por la derecha”. En aquel momento pensé que era una extremista y simpatizante con los regímenes totalitarios. Hoy creo que entiendo lo que quería decir: no se refiere estrictamente a andar por la derecha, se refería a aquel que entiende que como parte de un colectivo (la sociedad) su conducta está limitada. Que el contrato en el que se compra la libertad, aunque está enunciada con mayúsculas y dice ser plena tiene unas letras pequeñas que dice “compatible con las otras partes de este contrato”. 


Recuerdo haber leído en algún lado que en la convivencia las libertades individuales deben ser compatibles con las ajenas. Que aunque nos provoque no usar audífonos y somos libres para ello, tal vez el otro no quiere escuchar mi música, que aunque no hay nada que diga que no puedo tropezar a la gente por la calle al otro puede que le moleste, porque aunque no está escrito que debo caminar por la derecha y dejarle el camino libre al que va más apurado debería hacerlo ya que sería considerado de mi parte , que aunque me tengo que apurruñar en el metro para llegar temprano puedo pedirle al que está allí en la puerta disculpas y tratar en lo posible no molestarle y que aunque no es agradable recoger lo que nuestros perros hacen en las calles es mejor eso a dejar la oportunidad de que otro pueda pisarlo minutos después. 
 
Por mucho que la sociedad, la consciencia colectiva y la palabra pueblo se han convertido en temas  populares un par de años para acá, estamos muy lejos de entender que andamos individualmente juntos, que somos libres, libres para entender que eso no es una carta blanca y que implica una cierta cantidad de obligaciones en casa y fuera de ellas no listadas en ninguna ley ni penalizadas con ningún castigo, libres para entender lo que ser ciudadanos significa, libre para no molestar el que, también, libremente va.

domingo, 5 de junio de 2011

Democracia Real YA! Lo que me asusta de lo que está pasando en España

Hace semanas que los que seguimos las noticias acontecidas en “la madre patria” (entre comillas para que el Presidente de mi país tropical no piense que estoy llamando una re-colonización…vamos, uno no sabe lo que puede pensar el sujeto en cuestión) vemos con asombro algo que nunca pensamos podría suceder: manifestaciones y acampadas en pleno Sol que se han reproducido en otras zonas del país

Como no-española que soy no tengo autoridad alguna para cuestionar las causas del descontento de un sistema al cual solo me vi sometida un año y como invitada (extranjera); sin embargo, desde el calor húmedo del trópico no puedo sentirme indiferente ante un país que me recibió (no con los brazos abiertos, ya que bastantes condiciones de permanencia tuve que cumplir como cualquier extranjero en España) y en el que tengo buenos amigos y familia que se ven afectados de una manera u otra por lo que está pasando.

Como venezolana, la palabra revolución me causa escozor. Si bien en un principio todos los movimientos progresistas se hicieron llamar “revolución” por aquello del desafío al status quo, también las grandes dictaduras de nuestro tiempo y del pasado han usado ese mote para distinguir y diferenciar su movimiento de otros (ergo, Revolución Rusa, Revolución China, Revolución Cubana e incluso la Revolución Francesa que aunque nos dejó el egalite, liberte fraternite, termino en el “terror” y en un desastre tal que ameritó la asunción de un autoproclamado emperador). 


La experiencia histórica nos dice, según la leo yo, que una vez conquistadas las libertades fundamentales y los logros que permiten un pacto social estable y una sociedad a grandes rasgos democrática, los cambios graduales son más beneficios que los bruscos. Con esto no quiero decir que la manifestación contundente de los españoles las últimas semanas no tienen fundamento, todo lo contrario, me parece que es de ciudadanos democráticos la exigencia de mejoras ante los gobernantes, lo que preocupa a una persona como yo, es que con aquello “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” algunos españoles estén invocando la revolución sin saber todo lo que ello puede implicar. Las acampadas, las exigencias de mejoras en el sistema tienen sentido, lo que no tiene sentido para mi es una suerte de manifiesto moderno comunista (leído desde la página de democracia real ya) que no presenta propuestas factibles ni lógicas para el sistema ya establecido (el de la misma España, el de la UE que tanto benefició a la economía española y la del mundo en general). 


El uso de la palabra igualdad de manera indiscriminada (cuando deberíamos hablar de igualdad de oportunidades, la igualdad no es posible porque somos diferentes pero el sistema puede y debe ofrecer igualdad de oportunidades a los ciudadanos), el uso de la palabra felicidad (concepto abstracto que no tiene una medida exacta para ser evaluado), “consumo de bienes necesarios” (que parecería aludir estar en contra del consumo de bienes que no lo sean), el uso de categorías marxistas-leninistas en el comunicado y el llamamiento a una “revolución ética” no son propuestas coherentes ante un sistema como el español. Para un sistema latinoamericano con poca fuerza en las instituciones, esto podría abrir las puertas a un caudillo cualquiera, doy gracias a Dios que ese no es el caso Español. 


Creo que si pudiera hablar con algún dirigente de Democracia Real YA le diría que sí, que acampen, pero que también redacten un anteproyecto de ley o enmiendas de aquellas leyes que denuncian en el comunicado, les diría que pidan un derecho de palabra en el Congreso de los Diputados para exponer sus quejas, les diría que agarren todos los casos de corrupción  que se han destapado en las diferentes Autonomías y “demanden” sí, simbólicamente, con firmas de un número significativo de los ciudadanos a los corruptos de los gobiernos, les diría también que introduzcan un recurso de amparo ante el supremo por la violación de los derechos fundamentales (como por ejemplo el derecho al trabajo) por parte de sus gobernantes. 

Este tipo de medidas no solo son democráticas en esencia (porque al final el pueblo es el que le pone frenos al gobierno para que no degenere en tiranía), sino que no afectan el posicionamiento de España ante las evaluadoras de riesgo (que son las que deciden si un mercado es seguro o no), estas medidas no generarían los desórdenes de grupos exógenos usando lo conquistado por el movimiento (como los okupas).

Y por supuesto el voto, no hay nada que castigue más que el perder unas elecciones por una mala gestión, por no escuchar a los ciudadanos y por falta de propuestas. Lamentablemente, como decía un artículo del diario El País la corrupción pocas veces es castigada con el voto.

Me preocupan también los movimientos xenófobos que han aflorado, dejando de lado que la culpa de la cantidad de inmigrantes ilegales en España la tiene la falta de visión de los gobiernos al establecer un sistema migratorio tan cerrado que solo aquellos que no tienen nada que perder y que están dispuestos a vivir en las peores condiciones aceptan ir a probar suerte y quedarse de ilegales reproduciendo y fomentando en muchos casos otros problemas para la sociedad española. Una prueba de ello es que los países con mayor flujo de inmigrantes cualificados no estén en Europa.   




Estos 4526 caracteres tienen una conclusión muy sencilla (y modesta además, sin ánimos de meterme en las realidades ajenas y declarándome desconocedora de muchas cosas), cuando uno pide una revolución debe estar preparado para entender que el romper la página y colocar una en blanco puede fomentar la escritura de barbarismos que signifiquen un retroceso para las conquistas alcanzadas. 

La palabra “revolución” se me asemeja al llamado para despertar a un “Balrog” (o a la tiranía) que yace en las profundidades (de cada mente).