Páginas

lunes, 8 de octubre de 2012

Y así empiezan 6 años más…


Amaneció y este Valle que parecía ayer Sodoma y Gomorra, por los tiros, los fuegos artificiales, los motorizados envalentonados y la música desaforada, es hoy un remanso de paz, un desierto en el que pareciera se libró una batalla. 

Después de 14 años de política sin sentido, de verborrea indetenible y de mucho mal hacer, Chávez sigue allí duélale a quién le duela por el favor de más de la mitad del país. 

Henrique Capriles, el David que nos llenó de esperanzas y que nos hizo creer que podríamos librarnos del Goliat, nos dijo ayer que seguiría con nosotros, que no estábamos derrotados y muchos amigos también llenaron mi buzón con mensajes de optimismo. Que se ganaron dos millones de votos y la diferencia cada vez es más pequeña, que ya se sabe que la mitad está descontenta, que esto, que aquello…

Todos estos argumentos, validos y racionales no me quitan la idea de que algo muy malo nos ha pasado, de que algo muy malo está pasando… Después de 14 años de mal vivir, de toques de queda por la inseguridad, de promesas rotas, de droga incontrolada y pareja, de secuestros, de groserías y de degeneración no entiendo cómo todavía se le da la oportunidad a Chávez para que siga destrozando lo poco que queda.

Un amigo escribía en Facebook ayer: “No es por lo mucho que hará Capriles sino por lo que podemos salvar de Chavez” y después de ayer me pregunto… ¿queda algo de este pueblo por salvar aparte de esos 6 millones que hoy estamos como si un pedazo de nosotros hubiera muerto?

¿Qué clase de sado masoquista se ha apoderado de la psique de esos venezolanos para hacerlos reincidir una vez más dándole el voto a la miseria y a la violencia? En 14 años de gobierno lo menos que he visto es justicia social, los desposeídos siguen siéndolo, siguen teniendo su vida miserable, temiendo salir del rancho y viendo cómo hacer para comer…

Creí que podíamos ganar, pensando en la buena campaña de Capriles, en la grandeza del candidato y en la manera en la que asumió el reto, creí que este mal vivir no le gustaba a nadie porque los oigo quejarse en el metro, decir que la plata no les alcanza, que todo está más peligroso y que esto “se lo llevó quién lo trajo”, conté con que 2 más 2 sería para ellos cuatro como lo es para mí.  Se me olvidó que lo que nos ha hecho perder no son las propuestas del candidato opositor, ni los descalabros de Chávez, sino ese pueblo en el que aún germina el resentimiento, esos que no han salido a ver qué otra manera de vivir es posible y que juntos podríamos hacerlo, esos que desde sus carros y apartamentos obtenidos por ser focas descerebradas del régimen ven muy fácil eso de ser Chavistas cuando en realidad tienen de socialistas lo que yo tengo de catira. 

Hoy es otro día, pero para mí no deja de ser el día después en el que, nuevamente, perdimos el chance de virar el timón para no darnos contra el iceberg…