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domingo, 6 de enero de 2013

La relatividad de la distancia

En primer lugar, antes de que una mujer o un hombre de números me interpele diciendo que la distancia no es relativa, que es medible y verificable, me adelanto para decirles que no me refiero a la distancia geográfica, sino a la sensación y/o percepción de la distancia.
 
Y es que este 2012 con sus maletas en la puerta de salida, me ha dicho, justo antes de abandonar mi vida, que la enseñanza de este año, lo que me deja, es la certeza de que la distancia es más que un número que indica a cuantos km estoy de alguien, es un sentimiento.


Habían pasado más de 5 años desde la ultima vez que vi a mis amigos de México,pero, gracias a la boda de una de ellas, nos volvimos a reunir... Mas allá de un "reencuentro" aquello tuvo un sabor a cotidianidad inesperado... Las comidas, bailadas y las "pedas" fueron desvergonzadas y despreocupadas, típicas de aquellos que han perdido la pena de tanto estar juntos...


Mi querida madre española sigue escribiéndome y cuando nos llamamos es como si nos hubiéramos tomado un café el día anterior...



Con mi amado primo (el único varón de esta tribu) los poderes de telepatia de ambos siguen intactos, de hecho parecen perfeccionarse con la distancia...

 
Y una de mis más cercanas amigas, después de una larga y hermosa relación sostenida a distancia, debe estar ahorita congelándose en Toronto junto a su media naranja...

Eso sin contar todos los que desde Japón y Australia, hasta Argentina y Chile me mantienen cerca gracias a sus skype sessions, cartas (de las de verdad verdad), e-mails, pines, sms o mensajes de Whatsapp...


Sé que nada reemplaza un abrazo, un beso o un concierto de piano...pero también sé que allí estarán esos brazos, esos labios (o mejillas) y ese concierto esperándome cuando nos volvamos a ver.
 
¡Feliz año nuevo y que este 2013 nos reuna otra vez!