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domingo, 28 de abril de 2013

Perder ganando


Me encanta ganar… al contrario de lo que dicen por ahí, para mí la sensación de ganar no es comparable con la de meramente participar. “Lo importante es competir” siempre me ha parecido el consuelo del perdedor… si compites es porque tienes altas probabilidades de ganar, porque eres bueno y si no ganas, lo intentarás otra vez hasta conseguirlo.

Cuando estaba en el LAMUN (Latin American Model of United Nations) una chica venezolana de otra universidad “consiguió” mis papeles de investigación y en plena discusión (caucus) la vi con ellos. Esta chica pasó una sesión entera con mis papeles, todo un día usando mis argumentos, todo un día mintiéndonos. No la denuncié… quería ganarle, quería mostrarle que a pesar de su trampa nuestro equipo era mejor

Ganamos ese año en nuestro comité…

Como amo ganar de buena lid no entiendo cómo las personas pueden conformarse con “triunfos” amañados, cómo hay algunos que pueden defender el amedrentamiento a los funcionarios públicos para que voten de una manera, cómo hay quién no desee abrir las cajas, auditar los instrumentos de votación y echarle en cara al otro, al dudoso, que ganaron.

Veo en el Facebook como algunos se regodean, como unos pocos “celebran”, pero no dejo de ver en ellos a ese niñito que ve las fichas de scrabble antes de agarrarlas y celebra el haber formado una palabra con las siete letras… a ese al que le soplan la palabra en el pictionary y consigue un punto para su equipo, al que vuelve a lanzar el dado cuando el compañero se va a servir un refresco…

Creer que se gana haciendo trampa es perder y es reconocer que no se es capaz de ganar de otra forma.