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miércoles, 31 de diciembre de 2014

Y Se fué el 2014

Es la última noche del año y entre los juegos y festejos propios de la fecha , leo los resúmenes y agradecimientos de amigos y familiares de este 2014 y sus buenos deseos para el año venidero...

Lamentablemente yo no puedo ser tan optimista.

Vivo en un país en el que nos hemos acostumbrado a escribir cuando llegamos a casa para avisarles a los amigos que estamos bien y escribir a nuestras madres cuando ya llegamos a nuestro destino. Le agradezco a Dios que este año mis amigos y mis familiares no son parte de la estadística fatal. 

Mi familia escogida ha crecido en el 2014. Cuatro matrimonios y un nacimiento, me mantuvieron  ocupada y distraída del acontecer nacional y de esos más de 100 puntos porcentuales de inflación con el que cerramos el año.

Grecia con una inflación de un dígito casi colapsa. Nosotros con  una que sobrepasa los 100 seguimos en fiesta y comparsa.  Así somos nosotros.

Los artículos más inverosímiles se han vuelto un regalo: café, azúcar, jabón de tocador y de lavar, acetona, pollo, Atamel y pare ud de contar. 

Nuestra materia gris escapa en una carrera desaforada. Si algo hay que reconocerle a este gobierno es que ahora contamos con un número considerable de profesionales que han estudiado en el extranjero... y que tal vez no volverán.

Nos atacaron enfermedades tercermundistas propias y ajenas (tardé meses en  aprender a pronunciar el nombre de la chicunguya) que nos mostraron una vez más lo poco preparados que estamos para hacerle frente a las enfermedades. 

Maduro contra todo pronóstico terminó el año en el poder, Leopoldo Lopez sigue preso y no pasó nada y la oposición sigue deseando la unidad.

Estamos menos preparados de lo que pensamos para la crisis económica que nos depara el año venidero  y por lo que vaticinan los estudiosos en la materia todos comeremos cable en este país,  unos más que otros, pero al final algo de eso nos tocará a todos.

Así que llego a esta noche con alegría por estar bien, viva y con los míos el día de hoy y esperando, sin muchas pretenciones,  que el próximo año por estas fechas pueda decir lo mismo.

A los que están fuera de Venezuela les deseo mucho éxito y a los que de momento comparten mi ubicación geográfica les deseo suerte,que el 2015 les apriete pero no les ahorque.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Mi primera vez: leyendo en formato electrónico

Meses atrás un ensayo que escribí sobre diversidad sexual ganó un concurso de La Embajada Américana. El premio del concurso fue un Kindle que, para los desconocedores en la materia, es el libro electrónico de Amazon.

Soy amante de los libros (ese objeto cuadrado con hojas de papel) y desde la aparición de los libros digitales he sentido aversión y el solo hecho de pensar que hay quién los equipare me genera úlcera y migraña (estoy exagerando ). Aun así, dada la escasez de libros, los altos precios de los que hay y la disminución de las importaciones de los mismos en Venezuela, me decidí a probarlo.
Primero tenía que escoger un libro que fuera en sí mismo atrayente. Escogí por recomendaciones de una persona muy querida El Conde de Montecristo.

Luego tendría que evaluar dónde leer, ya que mi locación por excelencia para la lectura es el Metro (no tengo tiempo y aprovecho esas casi dos horas diarias en leer en vez de ver a extraños comportarse como Dios no les manda), tuve que tomar tiempo extra en casa para hacerlo.

Me santigué, pedí perdón a Guttenberg, y a Rómulo Gallegos y a Julio Verne (por ser de los primeros autores que leí) e intenté sumergirme (como siempre) en la trama de Edmundo.

Dumas le ganó a mis prejuicios y logró con su pluma fluida que recorriera ansiosa sus letras en ese aparato electrónico con una avidez voraz. 

Terminado el libro, mis impresiones podrían resumirse más o menos en estas:

- El libro electrónico es inodoro: huele a aparato electrónico pues, la sensación de oler el libro viejo o el nuevo (uno de mis pequeños placeres) desaparece totalmente.

- Tiene una capacidad casi infinita: realmente no es infinita, pero pareciera. Y es que cuando se puede almacenar El Conde de Montecristo, Las Mil y una Noches y Los Miserables en algo que pesa unos 200 gramos más o menos uno no se lo cree todavía. La movilidad y la ligereza son si  duda parte de sus atributos.

- Es un aparato electrónico: con todo lo que ello implica; es decir, hay que estar pendiente de la batería, cuidar de que no se moje, si se cae se rompe, si te quedas dormida y lo aplastas se rompe, meterlo en su forro para preservarlo, etc. 

- Definitivamente no se puede leer con él en el metro: aunque es más cómodo de agarrar que un libro (y fíjense que de tantos años de practica ya he desarrollado un método casi perfecto para leer en el metro y agarrar el libro con una sola mano) la gente no diferencia entre un Kindle y una tablet, así que después de un breve experimento en el cual fui objeto de todas las miradas del vagón (de probables delincuentes y de simples curiosos) decidí que prefería un futuro en el cual no me viera tratando de explicarle a un ladrón que en ese aparato sólo podría leer libros. 



- Notas y subrayados: soy de los que tiene la costumbre de subrayar las partes que más me gustan de los libros, las frases lapidarias o aquellos razonamientos del autor que me asombran. El Kindle te permite hacer anotaciones y subrayados que son almacenados y pueden ser vistos. No se si esas notas pueden ser vistas fuera del Kindle ( si guardo el libro en la computadora después de leerlo) son cosas que aún tengo que averiguar.


- Papel electrónico: el Kindle no tiene una luz "normal" como las tablets, esta hecho en algo llamado "papel electrónico"  que no trasmite esa clase de radiación . Con el aparato, al igual que con  libro, si apagas la luz ya no ves nada.

- Las búsquedas: buscar algo en el Kindle es mucho más fácil, con recordar una palabra ya se puede buscar el texto en todo el libro en cuestión de segundos.

- Cuánto te falta: normalmente en los libros uno identifica cuánto falta por leer por el grosor de páginas que van quedando hacia adelante, en el caso del Kindle, sus creadores pensaron en esto y al final de cada página está una especie de raya discontinua indicando cuanto has leído y cuanto falta por leer.

- Está hecho por gente a la que le gusta leer: el Kindle está evidentemente diseñado por y para lectores. Tiene protectores de pantalla con la foto de escritores y todas sus funcionalidades están pensadas en agradar a los amantes de los libros. Tiene marcas de libro (para marcar una página) y que visualmente se identifican con la punta del libro doblada y un sinfín de detalles que sólo un lector puede reconocer.

Definitivamente seguiré usando mi Kindle, sobre todo para los viajes (en donde necesite estar ligera) y para leer aquellos libros que no consigo en el País, sin embargo el reemplazo total de los libros impresos por el electrónico lo sigo viendo imposible e impensable.

El placer que da el ir a una librería perderte en las múltiples opciones y salir con tu libro no se equipara a bajarlo por Internet.

Hace mucho tiempo leí que la editora en jefe de Radom House decía que la lectura es una experiencia sensorial, hueles el libro, lo tocas y eso va más allá de un libro electrónico. Agregaría también que le quita algo del misticismo que envuelve la sola lectura y parte de su permanencia en el tiempo.

El Conde de Montecristo estará allí en el Kindle hasta que compre el libro, transcriba las notas y los subrayados y pueda guardarlo entre los libros que leí... despues de todo nada se compara a un libro...

lunes, 13 de octubre de 2014

El amor y el te quiero

Una amiga hace un tiempo me decía que una persona muy brillante le había dicho que nosotros los hispanos somos prejuiciosos, que le tenemos miedo a decir te amo, cuando al final decirlo no era la gran cosa.

Yo no estoy de acuerdo.

Y es que cuando el querer puede creerse el amar se sabe con certeza.

Cuando dices te quiero quedas vestido y un te amo te desnuda y desarma completamente.

No sé decir qué es el amor.

Solo sé que lo he sentido y que lo reconozco en los ojos de los otros.

Podría decir que amar es como encontrar algo que no has buscado pero sin lo cual te sientes perdido.

Vi el amor una noche en el San Ignacio en los ojos de un muchacho de un metro noventa y tantos cuando me dijo "no tengo que buscar más, ella es la mujer de mi vida, ella es la madre de mis hijos". En ese collage que tengo aquí(en mi corazòn) y aquí (en mi mente), entraron esos ojos aguados y esa confesión que no sé por qué me hacían.

Qué dicha poder separar un te quiero de un te amo!

Y qué dicha poder encontrar en nuestros corazones y en el de nuestros amigos ejemplos de eso que llamamos amor.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Esos Regalos que toda Maithé desearía




En pocos días cumpliré otra vuelta al Sol y siempre que esto pasa (o en Navidad) me pongo a elucubrar qué regalos me gustaría comprar (sí los regalos también se compran por uno mismo), he aquí las que están rondando mi mente:

  • Chocolatitas: la gente de Hot Chocolate Design ha sacado unas chocolatitas hermosas, además de ser unos zapatitos súper originales diseñados por dos venezolanos, son duraderos y comodísimos. Los he probado en invierno, en verano, manejando bicicleta o subiendo escaleras interminables.

  • Cortázar de la A a la Z. Un álbum biográfico: estoy cortazariana-temática últimamente, este libro es la biografía visual y comentada de Julio Cortazar con la colaboración de personas que pertenecieron a su entorno. No lo he hojeado porque prometí no comprar más libros (promesa que rompo cada tanto), pero esta fecha creo que da para tamaña excepción.

  • A Farewell to arms de Hemingway:  una de las novelas clásicas de Hemingway, una historia de amor en tiempos de guerra que... fue inspirada en el primer amor del autor mientras servía en Italia durante la primera Guerra Mundial. He estado buscándolo incesantemente. Hay una película basada en esta novela y también hay otra basada en la historia de Hemingway con la enfermera (y protagonizada por Sandra Bullock y Chris O'Donell).
  • El Falke: de Federico Vegas. Le han llamado el mejor libro de este autor (del cual no he leído nada) y uno de los mejores de la literatura venezolana. Es una novela histórica basada en hecho de la vida real, no solo ha recibido excelentes críticas, sino que además fue publicada en primera instancia fuera de nuestras fronteras (nadie es profeta en su propia tierra) teniendo un rotundo éxito.

  • Recorridos con Urbanimia: este año he querido conocer mi ciudad un poco más caminar, tomar fotos y explorar. Usé para ello el libro “Caracas a Pie” (que ya he mencionado en este blog) y a varios acompañantes… a pesar de que soy autodidacta y los recorridos dirigidos por otros me causan un poco de escozor, he recibido excelentes referencias de las actividades de Urbanimia. Tienen varios recorridos (por ejemplo el de las Esquinas de Caracas) y uno justo el día siguiente de mi cumpleaños por Petare que tal vez me anime a hacer. La página de ellos es esta: http://urbanimia.com/

  • Película El Libertador: cuando estaba viendo esta peli se fue la luz en el cine y heme aquí sin haberla visto todavía, creo que para la semana de mi cumpleaños la veré. Las criticas han sido variadas, la han tildado de excelente a malísima, al parecer tiene impresiones históricas y es muy holliwoodense; sin embargo, entre la realidad y la fantasía siempre me he decantado por la fantasía.

  • Origami Star Wars: amo hacer figuras de origami, este año ya no será (gracias CADIVI) pero cada vez que pienso en darme un regalo este libro cruza mi mente. ¿Qué puede ser mejor que La Fuerza + Origami? Definitivamente nada. 

  • Origami & DIY: siempre olvido que necesito una cortadora de papel y con un nuevo proyecto que me ha salido de origami para una boda pues veo cada vez más la falta de este simple utensilio. Troqueladoras y un abre hueco de un solo hueco son pequeñas cosas que, si quiero hacer al menos la mitad de mis pines en Pinterest, debería pensar en comprar. Y papel de origami...




  • Terminar mis caminatas del Sur: solo me falta recorrer Caricuao para haber completado todas las rutas que los autores de Caracas a Pie de la zona Sur y a pesar de todos los pronósticos que hicieron algunos por allí, todo ha sido de maravilla, conozco más panaderías y parques de los que imaginé podría encontrar en este Valle. Un buen regalo será ponerle fin al Sur y comenzar con valentía el Oeste.

¿Algún otro regalo que quieran sugerirme?





domingo, 3 de agosto de 2014

Anécdotas Literarias III



Viaje en el tiempo.-
Cuando está triste compra un libro

Cuando está molesta compra un libro

Cuando no encuentra algo compra un libro

Cuando no tiene qué hacer va y compra un libro

Cuando los pies la llevan a una  nueva librería entra, la hurga y compra un libro

Cuando de pronto se encuentra en una vieja librería entra, ve lo que hay de nuevo y, casi siempre, compra un libro.
 
Ese día (después de ver por decimo tercera vez Midnight in Paris)  salió a comprar algo y no lo encontró. Desmotivada, como arrastrando media humanidad en sus hombros siguió caminando hasta que se dio cuenta que estaba cerca de la Pulpería

La Pulpería es un rincón en donde el tiempo se detuvo.  En donde el inventario de los libros no está en una computadora sino que está en una cabeza; la cabeza de la encargada o del dueño, en el mismo lugar en donde están los precios de esos millones (7 millones de acuerdo a la encargada) de libros que se apilan caóticamente en el local (si es que a ese lugar puede llamársele local). 

La entrada es angosta y desde la calle no se puede sospechar que sus fauces se extiendan a poco menos de la mitad de la cuadra. Laberinto de libros, sus pasillos oscuros con olor a años guardan lo que en ninguna otra librería de la Capital hay y aunque encontrar un libro allí es una proeza, el desorden le concede cierto carácter a la búsqueda: es como excavar para extraer un tesoro. 

Llega a la Pulpería y la encargada la ve. -“¿Qué buscas?”-

Y en su mente solo un nombre pasa: Hemingway

Ya lleva dos libros seguidos de Hemingway porque  después de visitar su casa en Key West no hay manera de que se lo quite de la mente. 


Baja al pasillo de Hemingway (que ya sabe ella donde está) dejando su bolso y dando cada paso con delicadeza, tratando de no hacer ruido, de no perturbar en este santuario al que pocos tienen acceso y al que ella, por cliente frecuente, puede ingresar. 

Hay de todo sobre Hemingway, escoge un par de libros, este lo tiene, este otro no… y de repente lo ve…

Un libro de lomo rojo con letras doradas desvencijadas. 

Un libro de tapa dura con la firma de Hemingway y hojas amarillas.

Un libro que se titula “A Moveable Feast” y que los traductores en español han llamado “Paris era una fiesta”.

 Lo hojea al azar, sabiendo que tiene un tesoro, consciente de que ha venido aquí excavando solo para encontrar esto , esperando encontrarse una foto vieja, un marca libros, una postal de Paris y como por arte de magia las hojas se detienen en un título:



Y lee “In those days there was no Money to buy books. I borrowed book from the rental library of Shakespeare and Company…”
 
Su lugar favorito de París, ese lugar que conoció gracias a una buena amiga (gracias Victoria) que pudo encontrarse con ella solo un par de horas, ese lugar que pasan de refilón en la película que recién ha visto (por decimo tercera vez), ese lugar también fue un lugar de Hemingway. 

Lee el capítulo completo, de la dueña del lugar (Sylvia Beach), de lo mucho que le gustó y allí está la foto de él en los años 20’s con Sylvia al lado mirándole, y él mirando al frente. Y la mira a ella que enjugándose los ojos siente que varios puntos se han conectado y la han trasladado a ese tiempo. 

Y ya no es Sylvia la que mira a Hemingway en la foto, es ella.

“Me lo llevo”- le dijo a la encargada.

“Son 250”- le respondió-

Mientras pagaba una pareja entró y le preguntó a la señora “¿podemos entrar?”

“NO”- respondió secamente- cuando se fueron añadió “esta gente que viene a pasear, como si esto fuera un paseo, ¿A dónde creen que van a ir? Aquí se viene por libros!”

Ella se rió…


Nota: la foto de la pulpería es de http://sorboletras.wordpress.com/2013/09/08/la-gran-pulperia-de-libros-venezolanos/ (la Sra. me ha dicho que detesta que tomen fotos y yo no las tomo)