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sábado, 26 de julio de 2014

Si tú fueses...



Si tú fueses una calle, serías esa de Los Palos Grandes, que está minada de árboles y con el asfalto levantado por la raíces de ellos intentando conquistarlo todo.

Si fueses un café, serías el que sirve la panadería  de La Trufa de Chacao, con espuma marroncita y con una aroma penetrante.

Si fueses un árbol, serías de mango, porque aunque han dicho que la Ceiba es lo que te distingue, no te imagino sin mangos verdes y maduros. 

Si fueses un helado,  serías el de Divinos Pecados, pero de arroz con leche o de quesillo que los demás son muy normales para definirte.

Si fueses un plato, serías la polvorosa de pollo de la Cocina de Francys, tan modesta pero tan exquisita, tan mantuana y tan criolla a la vez.


Si fueses un dulce,  serías un profiterol, todo chocolate y cremita como ese que sirven en St. Honoré.

 
Si fueses un paisaje, serías ese que se ve desde el Ávila justo en La Silla, donde se ve todo tan cerca, tan lejos y tan inofensivo. 

Si fueses un edificio, serías uno de la Avenida Victoria, de los años 40’, de esos que construyeron los inmigrantes, grandes y espaciosos, con detalle anónimos en sus fachadas. 

 


Si fueses una Iglesia,  serías la de San Pedro en Los Chaguaramos, con sus estatuas y columnas clásicas, con su anchura dentro de tanta estreches, como asediada por la vida mundana desde todos los flancos. 

Si fueses una librería, serías Lugar Común, porque es posible otro tipo de gente, otro tipo de cultura y otro tipo de enfoque tomando lo mejor de lo que somos. 


Si fueses una bebida,  serías un vaso frío y rebosante de chicha con leche condesada del Chichero del Reloj de la Central.

Si fueses un parque,  serías el Parque Los Caobos, alrededor de tanto caos pero tan tranquilo, verde y fresco.

Si fueses un artista, callejero serías Fé… mezclando lo clásico con lo moderno, reinterpretando el espacio y haciendo de cada pared muda una obra de arte.

Si fueses una canción, serías alguna de la Vida Boheme, de esas que suenan a reclamo y a caricia al mismo tiempo, de las que duelen y liberan.
Si fueses una escultura,  tendrías que ser alguna de piedra de cumarebo de Narváez, que esas metálicas abstractas que por allí abundan no te identifican tanto como aquellas. 

Y si fuese hoy tu día, de seguro llovería, y saldría el Sol y llovería otra vez para que limpia y vestida de verde nos recuerdes a todos que la cumpleañera es así y que el día hoy te pertenece a ti. 


Escrito el 25 de Julio a 447 años de la fundación de Caracas.