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martes, 7 de enero de 2014

Desde el país del “cupismo”



“cupo.

(Del verbo caber).

1. m. Parte proporcional que corresponde a un pueblo o a un particular en un impuesto, empréstito o servicio.

2. m. Parte, porcentaje en general.”



Diccionario de la Real Academia Española


Vivimos en la época del cupo, en el país de la “contingentación”  y de las colas, del “cupismo” exacerbado.


Decidí inventar esta palabra (“cupismo”, la de “contingentación” no la he creado yo, es un término inglés aplicado a las importaciones sobre todo y que significa sistema de cuotas) porque ya que “Selfy” (del inglés, una foto de uno tomada, valga la redundancia, por uno mismo) ha sido denominada por el diccionario de Oxford como la palabra del año, en la Venezuela del 2014 el “cupismo” bien podría ser la palabra del año. 


Para ilustrar mejor mi punto (para aquellos amigos que viven en una burbuja –roja- o para aquellos de otra latitudes) el venezolano de hoy en día, el de a pie, necesita en su vida CUPOS, sueña con CUPOS, llora por CUPOS


Si vas a un supermercado y hay harina de maíz precocida (con la que hacemos nuestras arepas) es ya común la pregunta “¿cuántas me puedo llevar?” porque hay un CUPO, no te las puedes llevar todas contribuyendo a la escasez y a las maniobras desestabilizadoras de la oposición. Lo mismo pasa con el café, la azúcar, el papel higiénico, la leche en polvo y líquida, la leche neonatal, los pañales, el aceite y otros productos de primera necesidad que tengas la suerte de encontrar. 


Otros rubros, no considerados de primera necesidad, han sido objeto del “cupismo” debido a la genial idea del Gobierno Nacional de bajar los precios de los productos. Así fue como ZARA, BSK, TOMMY y otras tiendas muy muy socialistas tenían colas de población de izquierda que querían lucir autóctonos y que eran capaces de VENDER su puesto en la cola (lo cual equivale a vender su “CUPO” de la ropa que en teoría querrán). No sólo eso, las vitrinas de las tiendas te advertían que “no se permitían prendas repetidas”, “no más de 4 prendas por persona”, etc. 


El venezolano “normalito” cada vez que viaja tiene que pedirle permiso al Estado para sacar una porción de su dinero (casi siempre bien-habido), porción además que está fijada sin importar las necesidades del viajero.


Para compras por internet el venezolano también tiene un “CUPO”  (cuya renovación, por cierto, todos están esperando con ansias en estos días antes de que anuncien la devaluación de manera formal) .


Estoy convencida de que el “CUPISMO”


[(s)  Definido como la costumbre o manía de entidades privadas pero sobre todo de las públicas de fijar cuotas o cantidades específicas que el consumidor  podrá obtener de un bien, servicio o materia cualquiera que esta sea.]


tiene todo el potencial para convertirse en la palabra del 2014 y he decido adelantarme a cualquier lingüista, profesor o al mismo Maduro (al cual le encanta inventar unas palabras y confundir otras) y proclamarme públicamente desde el balcón de mi casa creadora de la misma cuando leí este titular:


 

Sé que desde ahora el haberse leído tantos libros de manera desmedida será considerado un delito y que el conocimiento adquirido que yace en nuestros cerebros, inerte y sin producir, será causal de cárcel. Le juro al Gobierno que yo trato de usarlo todo, pero a veces, simplemente, se acaba el día y no puedo usar esa nueva palabra o contar la historia a otro. 


Sé que el acaparamiento de libros podría ser penado de alguna manera y ya que soy culpable confesa de tener más de un centenar de libros nuevos y sin leer (AUN) le pido al Gobierno de antemano que me exima de la pena, que varias cabezas viven en mi casa y que todas ellas tienen necesidades; además, tal como el cupo de viajero, merezco un tiempo al menos para pasar las paginas y leer lo que resta. 


Espero que en su infinita generosidad el Gobierno establezca un CUPO acorde con las necesidades de cada quién y que, al menos en este caso, permita la transferencia de cupos de aquellos que no leen a aquellos que sí.


Si todo esto no les parece evidencia suficiente de que CUPISMO tiene potencial de ser una palabra de uso cotidiano les pido que no se precipiten, que esperen a mediados de año y me cuenten cuantas veces en el año pensaron en que TODO, tiene un “CUPO”